La afectación económica si el Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH) confirma que Chichén Itzá permanecería cerrado el lunes 21, día del equinoccio, sería de cuando menos $40 millones en todo el corredor turístico, empezando desde Quintana Roo hasta el oriente del Estado, advierten hoteleros, restauranteros y otros prestadores de servicios.
La semana pasada publicamos la preocupación de los prestadores de servicios Turísticos debido al anuncio anticipado del INAH de que permanecería cerrada la zona arqueológica el próximo 21, día del equinoccio de Primavera.
Ese día se espera una afluencia de cuando menos 10,000 visitantes, y como ejemplo comentaron que cada uno de los guías dejaría de obtener alrededor de $3,000 en promedio.
Hoteleros se suman al descontento
Luego la Asociación de Hoteles de Yucatán dio a conocer su preocupación y tambiénlamentó la decisión del INAH, que calificó de incongruente, pues “estamos en plena recuperación económica y eso sería un duro golpe a la economía del ramo del turismo en general”.
Jordi Abraham Martínez, presidente de la Asociación de Restaurantes de Valladolid Yucatán A.C. (Arvay), calculó en cuando menos $40 millones la derrama económicaque se dejaría de obtener el próximo día 21 si las autoridades del INAH insisten en no abrir la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Comentó que todos los negocios relacionados con el turismo serán afectados, como hoteleros, restaurantes, artesanos, vendedores informales en el centro de la ciudad y de todo el corredor turístico.
Carta al director del INAH
El empresario restaurantero comentó que ha enviado una carta al director del INAH en Yucatán, Eduardo López Calzada, a quien le explica que la reactivación económica es indispensable para los empresarios, y de toda la sociedad, de modo que cerrar la zona arqueológica de Chichén Itzá será un duro golpe a la economía, por lo tanto se pide se reconsidere esa decisión.
En la misiva, el dirigente restaurantero explicó que asumen su responsabilidad decuidar todos los protocolos de salud considerando que la pandemia aún no se termina, pero es claro que el número de contagios ha ido de manera paulatina a la baja, de modo que no hay argumento sólido para insistir en cerrar la zona arqueológica.
Por cierto en este contexto, los socios de la Arvay están en espera que el INAH reconsidere su actitud y permita que se abra el lugar, pero debe hacerlo lo más pronto posible, debido a que muchos operadores turísticos, desde días previos al equinoccio de primavera venden los paquetes a nivel nacional e internacional, por lo tanto es urgente y necesario que se decida si se abre o no.