Con más de 3 mil impresionantes cenotes y 378 kilómetros de hermosas playas de arena blanca y aguas en tonos esmeralda y turquesa, Yucatán iguala a otras joyas mexicanas en atractivo natural. El flamenco rosado está entre su fauna amplia y variada. Zonas arqueológicas como Chichén Itzá y Uxmal revisten a este mosaico cultural de gran relevancia mundial con la cultura viva de los mayas, además de una vasta y exquisita gastronomía, ciudades coloniales, pueblos mágicos y mucho más. Se le considera ‘Estado de Paz’, nombramiento firmado por 30 premios Nobel de la Paz en 2019 y Mérida, la capital, es la única en el mundo en ser reconocida dos veces como Capital Americana de la Cultura y también la única de México en el Top10 de Mejores Ciudades del Mundo por Condé Nast Traveler en 2021 en la categoría de grandes ciudades.
Yucatán: un vasto atractivo turístico
Conocido como “la tierra del faisán y del venado”, el estado de Yucatán se ha posicionado como uno de los destinos turísticos más interesantes de México. Para el visitante, la experiencia yucateca va acompañada de una fiesta culinaria y paisajes idílicos con playas de agua color turquesa junto a la selva tropical repleta de fauna local y antiguas ruinas arqueológicas del pasado maya. Su atractivo queda sellado por su arqueología, con enclaves como Chichén Itzá y Uxmal, por mencionar solo un par de lugares considerados por la Unesco como patrimonio de la humanidad. Sus playas y reservas naturales (Playa Progreso y Celestún), sus hermosas ciudades (Mérida, Izamal, Valladolid) y su riqueza histórica, que une el pasado con una cultura maya viva, construyen día a día un lugar cada vez más emblemático.
Chichén Itzá es tan sólo el principio de un viaje que ofrece más de 3 mil cenotes sagrados, Pueblos Mágicos con iglesias del siglo XVI, antiguas haciendas henequeneras que hoy son hoteles de lujo, el sonido de la naturaleza viva de sus islas y lagunas llenas de pájaros endémicos y flamencos. Con un gran balance entre infraestructura turística y sitios vírgenes, Yucatán es la oportunidad de experimentar lugares secretos dentro de la selva, así como spas y restaurantes donde el paladar se queda sin palabras con sus ingredientes únicos y sus recetas milenarias.