El brebaje, considerado sagrado, era preparado con agua de cenote y corteza del árbol
De uso exclusivo en rituales sagrados y bajo la guía de un chamán, el balché es una bebida alcohólica valorada por los mayas que se elabora a partir de la corteza de un árbol de la especie que lleva el mismo nombre.
El árbol de balché es endémico de la península de Yucatán y aunque su uso suele ser como ornamento, su corteza se usa para elaborar una bebida considerada sagrada.
A través de la fermentación, el balché adquiere su calidad de bebida alcohólica capaz de emborrachar a quien la consuma en exceso.
De acuerdo con el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), el licor de balché es un brebaje ceremonial usado por los mayas en rituales religiosos y curativos, por ejemplo, como un remedio para curar heridas, curar la tos o malestar estomacal.
En los estados de Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán se ha documentado el consumo del balché como bebida y como remedio natural.
Además, los mayas consideraban que el licor ayuda a lograr la purificación física y espiritual para tener contacto con los dioses.
Para ello, los chamanes que preparan el brebaje deben usar agua “virgen, es decir, agua de cenote, tiras de la corteza del árbol y miel de abeja.
La Universidad de Granada, en Estados Unidos, destaca que el balché es menos fuerte que el aguardiente, pero ayuda a alcanzar un estado especial de conciencia para ver otras dimensiones de la realidad.
“Así, el balché permitía estar en el mundo sagrado, trascender, entrar en contacto con lo que no podemos ver o tocar en el mundo profano. Permitía estar en lo real, tratar de descifrar el misterio que encierra la naturaleza”, describe la Universidad de Granada.
En la actualidad, las personas que logran identificar el balché continúan preparando el licor para ofrecerlo durante las ceremonias de cosecha o el pedimento de permisos a la naturaleza para alguna actividad especial.