Los residentes de la zona ahora disfrutan de sus nuevas viviendas
Orlando Flota Escalante observa como la maquinaria termina de demoler las 11 casas de la Plancha, en la calle 43A con 46 y 48 del Centro de Mérida. Es vecino de la zona desde hace 70 años, en esos hogares vivieron sus compañeros, con quienes jugaba entre los vagones de los ferrocarriles. Aunque la imagen le da nostalgia, dice que hay que dar “paso a la modernidad”.
Desde la tarde del martes 3 de enero, los trabajadores empezaron con las labores para derribar estas viviendas. Esta mañana, se pudo observar que las casas ya no están en pie, las excavadoras recogen los restos de los materiales de las viviendas.
Algunos residentes del rumbo, que se acercaron a ver los trabajos comentaron que están felices por la construcción del parque, que le dará una nueva vida al lugar, pues señalan que ese espacio era un terreno baldío que daba mala imagen a la colonia.
“Tenemos que pasar a la modernidad, en realidad era un terreno baldío, no se podía caminar, era como entrar a la boca del lobo”, indicó Flota Escalante.
El pasado 23 de diciembre, el gobernador de Yucatán -Mauricio Vila Dosal- junto a Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entregó a las 11 familias las llaves de sus nuevas casas en la zona conocida como La Plancha. Desde ese día empezaron a mudarse y pasar sus cosas y muebles.
Los nuevos inmuebles, de 220 metros cuadrados, se encuentran en un predio localizado muy cerca de los hogares donde habitaron por más de tres generaciones, sobre la calle 46 con 49, y constan de dos pisos, tres recámaras, dos baños, sala, comedor y cocina.
Son viviendas más modernas y más amplias, pues las que fueron demolidas tienen en promedio 126 metros cuadrados, explicó Vila Dosal.
El 30 de diciembre, en un recorrido realizado, se pudo observar a algunos vecinos y vecinas desmantelando las raíces de sus antiguas viviendas; quitando parte de la cablería eléctrica, rejas, tuberías, ventiladores, focos y demás infraestructura que puedan usar o vender.
En el lugar se observó sillas viejas y solitarias en medio del vacío y de los escombros, y recuerdos que yacen en todas las habitaciones. El nombre de Luciana decoraba con colores una de las paredes. Un hombre entraba y salía a depositar varias cosas en una camioneta. “Ya nos vamos. Hay que rescatar todo lo que se pueda antes que las demuelan”, dijo ese día.
Los habitantes señalaron que algunas personas saquearon las viviendas ya deshabitadas, para robarse lo que puedan, lo que les generó enojo y tristeza. “Estoy molesto, porque vándalos se llevan lo que por años fue nuestro y construyeron nuestros abuelos”, dijo un señor que estaba quitando cablería de su casa.
Las viviendas nuevas forman parte de la obra de El Gran Parque de La Plancha, el cual representa una inversión de más de mil 300 millones de pesos y que en sus más de 22 hectáreas de superficie contará con un gran abanico de atractivos y áreas para la sana convivencia y recreación para locales y visitantes.
Luego de varios años en desuso y en atención a una demanda de la sociedad yucateca, este espacio se convirtirá de un basurero público, un terreno abandonado y propenso a incendios, a un gran pulmón verde que ofrece un espacio recreativo para las familias además que llegará para reactivar la economía de los comercios de esta zona.
Desde el pasado 31 de diciembre el lugar se encuentra deshabitado, ya que las familias finalizaron la mudanza a los nuevos inmuebles, ubicados a sólo un par de cuadras del lugar, justo a espaldas de lo que será el Gran Parque de La Plancha.