Invitan a empleadores a cumplir con la obligación; tendencia del trámite ha ido a la alza
Durante el 2022, en Yucatán más de mil 500 personas trabajadoras del hogar fueran afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), informó Alejandra de Jesús Victorín Contreras, jefa de Servicio de Afiliación y Cobranza de la delegación del IMSS Yucatán.
En el estado hay más de 50 mil personas trabajadoras. No obstante, reconoció que la tendencia de afiliación ha ido al alza, pero de manera lenta, por lo que invitó a las personas empleadoras a cumplir con esta obligación.
Ante este panorama, dijo que seguirán haciendo labores de promoción y difusión para aclarar dudas y así puedan cumplir.
Desde octubre del 2022, las personas empleadoras tienen la obligación de inscribir a las trabajadoras del hogar al IMSS.
La funcionaria explicó que pueden afiliar a cualquier persona que realice labores en la casa, desde un mozo, quien cuida los niños, incluso a adultos mayores, no solo es para el aseo o limpieza. “Todas las labores en el hogar están comprendidas en este aseguramiento”, indicó.
Recordó que al hacer esto, las personas obtienen los beneficios completos del Seguro Social, atención médica, pago de incapacidades en caso de que le trabajador se enferme y no pueda laborar, derecho a una pensión, puede dar de alta a sus familiares si viven en su mismo domicilio.
En el mes de septiembre, agrupaciones civiles y dependencias municipales, estatales y el gobierno federal lanzaron la campaña #YoEmpleoDigno para combatir la discriminación hacia las personas trabajadoras del hogar, valorizar, dignificar la labor y visibilizar el trato digno y empleo justo para quienes realizan el trabajo del hogar remunerado.
Palabras como “mi muchacha” o “es la persona que me ayuda con la limpieza” deben ser evitadas, expusieron las promotoras de la campaña.
Raquel Aguilera Troncoso, presidenta de Jade, explicó que usar expresiones como “tengo alguien me ayude con la limpieza de la casa”, “es mi muchacha”, “es de la servidumbre” o “es un miembro de la familia” no se reconoce una relación laboral y se invisibiliza que están haciendo un trabajo que debe ser remunerado.
Por lo que hay que cambiar esta narrativa, señaló. “No es un favor, no es una familia, es una relación laboral, es una trabajadora del hogar remunerada”, indicó.