La puesta en escena se presentará el 10 de junio en Valladolid y en el Festival Otoño Cultural en octubre
Con el propósito de reivindicar la cultura maya y desmitificar las supuestas atrocidades que cometieron los indígenas durante la llamada guerra de castas (de 1847 a 1901), la maestra y dramaturga Delia María Rendón Novelo, presenta el montaje La conjura, inspirado en la “fábula guerrera con personajes históricos” titulada La conjura de Xinúm: la guerra de castas en Yucatán, del historiador y dramaturgo yucateco Ermilo Abreu Gómez (1894-1971).
La propuesta escénica se presentará el 10 de junio a las 19 horas en el municipio de Valladolid, Yucatán, con la participación de más de 90 actores mayas, 25 de ellos niños, todos integrantes del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena.
“Se trata de desmentir las calumnias que, con el tiempo y hasta la fecha, se han tomado como ciertas por la gente y algunos historiadores”, explicó la dramaturga, en charla con La Jornada.
Cuando Abreu Gómez habla sobre los tres líderes mayas más importantes, Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat, relata una anécdota ocurrida en una cantina, donde supuestamente se descubre un plan organizado por dichos líderes para que toda la población maya se rebele contra la opresión y la injusticia criolla. Supuestamente, la conjura implicaba matar a “todos” los blancos, dijo Rendón Novelo.
“La parte más clara de que lo ocurrido en la cantina es un engaño, una calumnia, una mentira, en contra de los líderes mayas, es que, supuestamente, Manuel Antonio Ay se estaba emborrachando con un grupo de soldados comunitarios y que estaban alardeando de que ya se iban a rebelar contra el gobierno, y que hasta Manuel Antonio clavó un machete en la mesa… y en eso, se le cayó un papel que traía escondido en su sombrero, el cual recogió el dueño de la cantina, Antonio Rajón, quien además era el juez de paz del entonces municipio de Chichimilá.”
“Ese papel, presuntamente, era una carta del líder Cecilio Chi, en la que decía que ya tenían el armamento y las provisiones, que ya estaba todo preparado para comenzar la rebelión que habían acordado. Entonces, Rajón (personaje de Abreu Gómez) se lo dice al jefe político-militar de Valladolid, cuyo nombre verdadero era Eulogio Rosado.”
Relato inverosímil
En su libro, Abreu Gómez, de manera inteligente y muy sutilmente ofrece ciertas pistas o referencias de que eso fue mentira, al decir: “Así como lo contaron los dzules…”, como decían los mayas a los blancos, explica la maestra.
“Don Ermilo tuvo que escribirlo así porque todavía estaban muy frescos los hechos de la guerra de castas, y no podía decir, de manera descarada, que esto o aquello era mentira, porque se le iban a venir encima los políticos, los militares e intelectuales porfiristas.”
“Esa anécdota que se toma como cierta, incluyendo a esos historiadores e intelectuales de la época, no sólo sirvió para desprestigiar a los líderes mayas de aquel entonces, sino también para que el ejército yucateco iniciara una matanza de mayas”, destacó Rendón Novelo.
“La carta de la supuesta conjura, fue una absurda invención, porque además estaba escrita en español. ¿Cómo era posible que un líder maya mandara una carta a otro líder maya en español? No sólo eso, hablando con pelos y señales de su estrategia, de su armamento, de que se van a sublevar y van a matar a todos los blancos o dzules.”
Tales hechos son el eje del montaje de La conjura, refirió la maestra maya Delia María Rendón Novelo, quien es cofundadora, junto con la también reconocida creadora escénica María Alicia Martínez Medrano (1937-2018), del Laboratorio del Teatro Campesino e Indígena de Yucatán y de Tabasco.
Durante el montaje, que se representa en maya y español, y que emplea recursos multimedia, el personaje de El Tiempo (en su acepción maya), ordena a sus cuatro hijas, Historia, Memoria, Constancia y Verdad, que “enderecen” la historia de los mayas, porque han dicho mentiras que los han dañado como cultura y civilización. Entonces ellas deciden comenzar con la guerra de castas, recordando a los líderes mayas.
Se trata de una puesta en escena en la que también se habla de otras rebeliones, como la del siglo XVI de Jacinto Canek. La idea, concluyó Rendón, es reivindicar la cultura maya.
Por razones de producción y presupuesto, el montaje de La conjura sólo ha dado cinco funciones desde su estreno, en 2021; es decir, sólo dos al año. Además de la segunda presentación del 10 de junio, la agrupación fue invitada para participar en octubre en el Festival Otoño Cultural.