La zona está a kilómetro y medio del área monumental de Chichén Itzá
El acceso al público a Chichén Viejo o Serie Inicial se hará, en primer momento, siguiendo un programa especial de seguridad, dadas la distancia y la dificultad que implica llegar a ese grupo arqueológico, informó a La Jornada José Francisco Osorio León, director de la zona arqueológica de Chichén Itzá.
En la parte sur de dicho sitio se encuentra ese conjunto arquitectónico prehispánico, que en tiempos remotos funcionó como una unidad habitacional de élite, donde vivió un personaje importante ligado al poder de la ciudad.
Al ser una prueba piloto, pensamos en grupos y horarios específicos; incluso, por medio de reservación anticipada y con el apoyo de personal especializado. Pensamos en grupos pequeños de 50 personas en tres visitas al día. Probaremos con esa dinámica y estará abierto sólo tres días a la semana, precisa.
Parte de los 2 mil 100 millones de presupuesto asignado este año a Chichén Itzá, por conducto del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), se ha destinado a la apertura al público de Chichén Viejo, según el arqueólogo.
La apertura de ese conjunto arqueológico estaba prevista para el primer fin de semana de septiembre; incluso, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo la inauguración simbólica el sábado pasado, durante una visita a la zona.
Sin embargo, se pospuso para la segunda semana de septiembre, porque el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se vio obligado a construir un camino alternativo de acceso a ese sitio, en cuyas obras trabajan a marchas forzadas arqueólogos, personal del Ejército y otros operarios para tenerlo listo cuanto antes.
Amenaza de acción legal
La medida se tomó debido a que la ruta utilizada durante muchos años atraviesa por un terreno privado, cuyos propietarios amagaron a mediados de agosto con emprender acciones legales en caso de que su propiedad sea invadida.
Este nuevo punto de acceso casi ha duplicado la distancia entre el área monumental de Chichén Itzá y Chichén Viejo, ya que de 800 metros pasó a kilómetro y medio. Pero era la única forma de bordear estructuras arqueológicas que aún no han sido exploradas y evitar así cualquier afectación o daño al patrimonio, explica José Francisco Osorio.
Precisa que esta nueva ruta se trazó dentro de los polígonos del terreno perteneciente al INAH y siguiendo las normas establecidas por esa instancia para esas obras, que implican el monitoreo, la conservación y el resguardo de las partes monumentales.
El camino fue planeado siguiendo el contorno natural. Eso lo hizo un poco extenso, para librar estructuras. Evidentemente, al hacer el trabajo de limpieza se encontraron elementos sueltos de arquitectura, que fueron documentados. Tenemos un equipo de 15 arqueólogos que ha dado seguimiento puntual a todo este proceso, asegura.
Esta nueva entrada nos permite disponer de un programa de registros a detalle que no se tenía en esa sección, y nos marca nuevas expectativas para promover a futuro excavaciones e investigaciones en un área poco conocida del sitio. En resumen: este nuevo trazo nos va a permitir la planificación de una interacción directa para las futuras investigaciones y para todo lo que se pudiera presentar.
El pasado 24 de agosto, el director del INAH, Diego Prieto Hernández, anunció en la conferencia matutina del presidente López Obrador que, como parte de las obras realizadas en ese trayecto, se efectuó el hallazgo de una interesante escultura que evoca la figura maya tolteca de un atlante.