El dramaturgo dejó atrás un gran legado gracias a obras como La tumba, De perfil y Cerca del fuego.
El escritor acapulqueño, José Agustín, reconocido por su influencia en la literatura mexicana al incorporar el lenguaje coloquial, la estridencia y el espíritu rebelde de la juventud nacional, falleció a los 79 años este martes en su residencia en Cuautla, Morelos.
La triste noticia fue confirmada por los hijos del escritor, Agustín “Tino” y Andrés Ramírez Bermúdez.
A pesar de que numerosos seguidores del narrador, dramaturgo, ensayista y guionista expresaron sus mejores deseos, el desenlace fatal resultó inevitable para Agustín, quien ya había recibido el sacramento de la unción de los enfermos por parte de un sacerdote católico zapatista y viejo amigo suyo.
“Con esto ya mi trabajo aquí se va terminando”, dijo en ese momento el autor de obras tan importantes como La tumba, De perfil y Cerca del fuego, como compartió Tino, quien colaboró con su padre ilustrando la aventura juvenil La panza del Tepozteco hace tres décadas y de nuevo recientemente en una edición conmemorativa.
José Agustín Ramírez Gómez nació en la capital guerrerense en 1944 y desde los 7 años expresó afirmaba que quería ser escritor, por encima de aquellas momentáneas inquietudes de convertirse en piloto como su padre o en pintor como su hermano Augusto.
De ahí que, cuando apenas tenía 16, escribiera La tumba desde la sala de la casa que habitaba en la colonia Narvarte.
Después lo daría a leer a Juan José Arreola, de cuyo taller literario fue parte, quien decidió publicarlo en su sello Mester.
“Me dijo: ‘Considérese usted un escritor; es usted un escritor, su novela es muy publicable y yo la voy a editar'”, escribió el autor acapulqueño en el medio nacional Reforma años atrás.
Si bien es común que la obra de José Agustín -formado en Letras clásicas y en Dirección cinematográfica en la UNAM- figure bajo la etiqueta de “Literatura de la Onda”, destacando al autor como su presunto máximo representante o iniciador, él en realidad no estaba de acuerdo con ello.
“Es una payasada que inventó Margo Glantz. A mí me repatea todo lo que es ‘la Onda’ y el estereotipo que se hizo”, clamaba el narrador en 2011, entrevistado a propósito de que le fuera concedido ese año el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Lingüística y Literatura.
Al reunir la antología Literatura joven de México, Glantz acuñó el término “Literatura de la Onda” para referirse a José Agustín, Gustavo Sáinz, René Avilés Fabila, Parménides García Saldaña y otros escritores de esa generación.
Igualmente notables fueron su interés por la contracultura nacional, y su crónica política, social y cultural de México de 1940 a 1994 en los tres volúmenes de la Tragicomedia mexicana.
Sin obviar sus incursiones en teatro y cine, además de haber traducido obras como El viejo y el mar, de Ernest Hemingway, y dictar cátedra como profesor visitante en varias universidades de Estados Unidos.
Desde hace unos años, José Agustín se había visto orillado a un retiro más bien involuntario, luego de que en 2009 cayera de un presidium de más de dos metros de altura en el Teatro Principal de Puebla, lo cual le provocó fractura de cráneo, seis costillas rotas y una estancia de ocho días en terapia intensiva.