Las personas recurren al consumo de varios litros de agua y suero para no deshidratarse.
Pese a las altas temperaturas en la capital yucateca, los meridanos resuelven el día a día con estrategias contra el calor, a la sombra e hidratados. La temperatura registrada este miércoles 9 de mayo fue de al menos 42 grados centígrados.
Las calles de Paseo Montejo de Mérida permanecieron despobladas ante las altas temperaturas. Varios negocios se conservan abiertos a pesar de la poca afluencia de consumidores. Algunos, como la nevería Colón, reportan ventas para llevar antes del mediodía, pero poca clientela que deguste un helado a la sombra. Las horas de mayor consumo son de 12 de la tarde a 2 de la tarde, y de 5:30 de la tarde al cierre, a las 11:30 de la noche.
“Nosotros, que trabajamos en exterior, tenemos una fuente de agua fría. Nos solemos hidratar con helado de limón. También vamos a comprar sueros. Una de las cosas que se afectan más por estas temperaturas son las neveras, a veces no congelan. Por el calor se esfuerza más, y también por la alta demanda de energía”, comenta Gustavo, mesero de la sorbetería Colón.
Uno de los oficios más esenciales para estas latitudes es el de los panaderos. Los espacios de cocina de este tipo de profesiones normalmente deberían estar ventilados, aunque no siempre se generan las condiciones para la creación de espacios laborales que permitan ser frescos y ventilados.
“Lo que siempre hago es tomar un montón de agua. Cada tercer día me compro un suero. Aquí, dentro de la panadería y con el horno, me he llegado a tomar hasta cinco litros de agua. Cuando estoy horneando siempre hay calor, pero hay horas como al mediodía hasta las 4 de la tarde, que está mortal”, compartió Luis, panadero de Veta Café.
El Centro Histórico de la capital yucateca lleva meses con obras de remodelación, por lo que los trabajos de construcción han sido constantes, como en la calle 60, por ejemplo, y en la glorieta de El Remate. Ahí y en las cercanías del parque de Santa Ana, los obreros de las constructoras trabajan horas bajo el sol, en condiciones en donde no tienen el equipo para afrontar estas temperaturas ni los aditamentos como bloqueador para protegerse de los rayos ultravioleta que causan daño a la piel.
“Hemos sentido que ha incrementado el calor en estos días, para aguantar a veces nos tomamos hasta 10 litros de agua. Hay muchas fábricas, muchos carros y eso causa contaminación. La compañía para la que trabajamos no nos proporciona el equipo para el calor, ni bloqueador ni nada. Lo que hacemos es comprar agua, ni siquiera suero, luego, cuando terminamos, consumimos mucha vitamina c, que es la cerveza”, comentan entre risas un grupo de trabajadores de la construcción.
Los espacios públicos, áreas de esparcimiento y zonas de abiertas, figuran como los lugares en el Centro Histórico donde hay menos afluencia de gente, la falta de árboles y de rincones con sombra, entorpecen el descanso placentero en estas altas temperaturas.
“En mi casa tengo un montón de matas, palmeras, vivo en Chablekal. Yo trabajo aquí en el parque de Santa Ana, como soy diabético llego desde temprano. Comienzo a las 6 de la mañana y termino a las 12:30. Para hidratarme consumo mucha agua mineral o Pepsi. Cuando llego a mi casa consumo mucha limonada, o agua con gotitas de limón. Así aguanto más el calor, porque sólo el agua no hidrata. Aquí en el centro se siente más el calor porque ya no hay matas. Dicen que está así el planeta porque el Sol ya está viejo.” comentó Avelino, trabajador del ayuntamiento del Mérida.
Los locales, quienes aguantan las altas temperaturas en la cotidianeidad, son de los pocos que se permiten habitar los espacios abiertos y de descanso.
“Mi abuelita me cuenta que antes no había un calor tan insoportable. Esta es una consecuencia de las compañías de bienes raíces que sólo piensan en el dinero a corto plazo y no a largo plazo. Nuestras autoridades deberían hacer algo por el desarrollo del estado, porque se oye muy bonito que la ciudad crezca, que venga gente y que haya turismo, pero pienso que tienen que tomar acciones en conjunto para proteger el bienestar de la gente y no sólo pensar el bienestar económico y el desarrollo inmobiliario y turístico”, compartió Verónica, habitante de la colonia Maya.
La tala de árboles producto del desarrollo inmobiliario ha afectado todas las zonas de la ciudad de Mérida, en las colonias del norte, del sur, del oriente y del poniente, se han reemplazado las áreas verdes por concreto.
Fuente: La Jornada Maya