Medicinas sin revisar en México

Se calcula que 700 mil personas mueren anualmente en el mundo por el consumo de productos del mercado ilegal de medicamentos, los cuales son adquiridos en sitios no autorizados, como en los tianguis y en sitios apócrifos de internet.

Así lo manifiesta Fernando Fon, director de la Comisión de Asuntos Regulatorios de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (Amiif), quien afirma que todos los países tienen un mercado ilegal de medicamentos, pero son los países con sistemas regulatorios más robustos los que pueden identificar tempranamente estos productos y evitar un riesgo a la población.

Las más afectadas son aquellas naciones que tienen sistemas regulatorios débiles y vulnerables, en que los medicamentos apócrifos o ilegales llegan a través de mecanismos de contrabando y robo, entre otros.

Indica que México se encuentra a la mitad del sistema regulatorio, pero se pueden fortalecer las capacidades de la agencia sanitaria del país, la Cofepris, como establece el T-MEC.

Resalta la importancia de una regulación robusta, ya que las sustancias que se adquieren como medicamentos y son ilegales matan o ponen en riesgo de muerte.

Enfatiza que los medicamentos no se deben adquirir en sitios que no son legalmente autorizados, como por ejemplo los tianguis, porque hay serio riesgo sanitario.

A ese tipo de productos les falta eficacia, carecen total o parcialmente del fármaco (principio activo), pueden ser fabricados con sustancias no autorizadas, contaminadas o caducas, lo que generaría un efecto indeseado (tóxicos o contener otros principios activos) y causar incluso la muerte; el empaque o las instrucciones de uso pueden contener información incompleta o incorrecta generando usos indebidos o abandono del tratamiento.

Señala que el uso racional y correcto de los medicamentos requiere el diálogo con el médico, y la prescripción es única e individual.

Manifiesta la importancia de que todos los medicamentos pasen por Cofepris antes de ser utilizados en el país. Pero sucede que hay compradores del gobierno de los que no sabe cómo llegan a acuerdos para adquirir medicamentos que son más baratos y nadie revisa, ya que no están siendo reconocidos por la autoridad competente, y esto ha causado gran preocupación en el sector.

Destaca que es un problema grave, ya que los medicamentos chatarra o sin registro están entrando al país, debido a que los está comprando gente del gobierno no experta en medicina.

Dichos fármacos chatarra los están adquiriendo en mercados que nadie conoce, e incluso tienen etiquetas que no están en español, ni siquiera en inglés, sino en sánscrito.

Lo peor es que médicos del sector público están dando estos medicamentos, porque es lo que hay, con todo el riesgo que esto conlleva, ya que no ha habido una evaluación de estos fármacos, ni cuentan con el registro sanitario de la Cofepris.

Pese a esto el sector público está invadiendo el país con estos medicamentos chatarra, ligado a licitaciones y a claves de adjudicación que no garantizan la calidad, seguridad y eficacia que todo medicamento debe tener para ser comercializado.

El experto puntualiza que los medicamentos que más se adulteran o generan son los antibióticos, los que sirven para tratar la hipertensión, la diabetes e incluso los medicamentos de alta especialidad, que requieren procesos complejos, ya se presentan de manera clandestina, como los oncológicos. Aunado a la vigilancia que se debe tener para evitar el ingreso al país de medicamentos sin registro de la Cofepris, se debe fortalecer la agencia sanitaria mexicana, ya que tiene tres mil trámites rezagados, y cerca de 60 registros de medicamentos nuevos están pendientes de autorización, nuevos tratamientos y alternativas no disponibles para pacientes mexicanos, que en otros países están disponibles hace años. “La Cofepris necesita procesos más ágiles y expeditos sin vulnerar el rigor técnico y científico de evaluación”.

Se calcula que la agencia sanitaria tarda 900 días para emitir un registro sanitario, lo cual debe durar 60 días. Larry Rubin, director ejecutivo de Amiif, dice que el medicamento más innovador que se usa en México tiene siete años de antigüedad, “si tu familiar quiere el último medicamento, el que está recibiendo es el que salió hace siete años al mercado”, y lo que quieren es que llegue a las manos del mexicano lo antes posible.

Para esto es que se requiere una agencia sanitaria más ágil y eficaz, que pueda evaluar y autorizar un fármaco en menos tiempo.

Tocó el tema de la investigación, que ve como una gran oportunidad para México, ya que actualmente recibe 200 millones de pesos cuando otros países de Latinoamérica, como Honduras, Colombia y Argentina, reciben muchísimo más para desarrollo en investigación. “México puede llegar a recibir 4 mil millones de dólares para investigación, pero se necesita eficiencia regulatoria”..— IRIS CEBALLOS ALVARADO

Fuente: Diario de Yucatán