Árboles contra el calor: Conoce las especies recomendadas para sembrar en Yucatán

La reforestación contribuye a bajar la temperatura en las ciudades: CICY

En Yucatán hay una diversidad de árboles que se pueden plantar para contrarrestar el efecto invernadero y así aminorar la sensación de calor producto de la deforestación al interior de la ciudad y en el estado.

En el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) se recomienda la plantación de varias especies, de las cuales, algunas pueden adquirirse en su Jardín Botánico Roger Orellana, en la colonia Chuburná.

“Mientras menos cobertura vegetal haya, la cantidad de lluvias se verá afectada. La flora representativa de Yucatán es la selva baja caducifolia, que en temporada de secas no tiene hojas, pero que apenas llueve reverdece. Eso también tiene un efecto sobre el clima, los árboles siempre van a contribuir a que baje la temperatura porque al pasar el viento entre las hojas se refresca y hacen sombra sobre el suelo” comentó la bióloga Lilia Sánchez Carrillo, en entrevista con la Jornada Maya.

Los árboles que pueden ser plantados dentro de las ciudades, en los espacios donde sus raíces puedan crecer, están el kanisté, el choch o el ciricote, que son árboles frutales que también pueden albergar vida silvestre. También algunos otros como el makulis, el roble, el chaká o el ramón. La recomendación para plantar árboles en los fraccionamientos, donde hay casas con poco terreno, son específicas.

“En casas de gama baja o media, no puedes poner un árbol grande. Puedes poner una naranja agria o una guayaba. Pero tienes que saber si tus cables están subterráneos o están arriba. Yo soy de la idea de que no se ponga ningún árbol, en la parte de enfrente, si tienes cables subterráneos”.

Los árboles, como todas las especies vivientes, necesitan de cuidados. Para los arbustos, se recomiendan las pocetas de mínimo 60 por 70 centímetros, para que no levante nada. Los árboles frutales requieren que se les riegue al menos una vez a la semana.

“En la época de sequía nadie debe plantar nada. Además de que le vas a tener que echar mucha agua, lo más probable es que la planta no termine de establecerse, es mejor que sea en la época de lluvias”.

En la época de secas hay temperaturas anómalas, lo que dificulta el desarrollo de los árboles recién plantados, los cuales, existen en condiciones controladas en los viveros en donde habitan. Un cambio drástico puede resultar en daños como las quemaduras. Se recomienda, sobre todo, sembrar plantas nativas que estén adaptadas a las condiciones climáticas regionales.

“En el Cicy se hizo un experimento. Se tomó la temperatura en tres lugares diferentes: una cancha de usos múltiples, en una zona que tenía árboles (como el Parque de las Américas) y en la parte más arbolada del Jardín Botánico. El resultado fue impresionante. En la cancha y en la zona arbolada había seis grados de diferencia, y en la parte más arbolada había otros seis, o sea que entre la cancha y la zona más arbolada había 12 grados de diferencia”.

Si bien es difícil arbolar una ciudad como suele suceder en un jardín botánico, se puede lograr un balance entre el concreto y las zonas verdes que beneficien a la ciudadanía y el medio ambiente.

“El que una ciudad sea verde influye en que una ciudad sea segura. Tenemos nueve metros cuadrados de verde cuando deberíamos tener 16 metros cuadrados de verde por habitante, que es lo que pide la OMS (Organización Mundial de la Salud). Expertos, advierten que las altas temperaturas causan estrés e irritabilidad, que producen violencia, también se ha notado que en países dónde las áreas verdes son amplias, han incrementado los índices de seguridad, entonces los índices de violencia podrían bajar hasta un 50 por ciento. Esto redunda no sólo en la calidad de vida, sino en la economía, porque no tienes que tener miles de policías patrullando las calles o los centros de salud llenos porque la gente se enferma por el estrés”.

Actualmente, se necesita mucha sensibilización hacia las personas que habitan lugares como el espacio del trópico donde existen una diversidad de insectos y animales que pertenecen al ecosistema y lo hacen funcionar.

En las ciudades se entiende mal que un árbol produzca residuos como las hojas, incluso en fraccionamientos nuevos a veces se evitan las zonas arboladas, causando el aumento de las altas temperaturas, así como la nula propagación de nuevas especies en espacios urbanos.

Sin embargo, los beneficios que la forestación genera son más amplios que los residuos, explica la especialista. 

Fuente: La Jornada Maya