Fernando Martínez obtuvo la mejor imagen de la categoría Anfibios y reptiles
Capturar a una serpiente ratonera justo en el momento en el que devoraba a un murciélago dentro de una cueva de la comunidad maya de Kantemó, Quintana Roo, le valió a Fernando Constantino Martínez Belmar obtener el premio a Mejor fotógrafo de vida silvestre del año en la categoría Anfibios y reptiles.
El fotógrafo yucateco tuvo varios intentos por entrar al concurso, pero fue este 2022, que al fin se animó a enviar algunas de sus imágenes. Y consiguió ser el ganador de uno de los concursos más importantes a nivel mundial.
“Fui a la cueva que conocen como la Cueva de las Serpientes Colgantes, que es un lugar donde uno puede llegar y hay guías comunitarios que te dan un recorrido y en ese punto hay población de una especie de serpiente que se llama ratonera yucateca que se ha adaptado vivir en la cueva y a alimentarse de los murciélagos. En la noche salen miles de murciélagos y es en ese momento se ven las serpientes colgando esperando a que pase uno cerca y poder atraparlo”, explica el fotógrafo.
La Cueva de las Serpientes Colgantes es resguardada por los habitantes de la comunidad, quienes tienen la firme misión de proteger este ecosistema y, sobre todo, a las serpientes. Los guías llevan a los visitantes al lugar, pero exigen que se respete toda la vida en la zona porque es el atractivo es uno de los sustentos de este lugar maya.
Fernando es integrante de la Alianza Mexicana de Fotografía para la Conservación, tiene 36 años y es originario de Mérida, Yucatán, y su vida está entregada a fotografiar la naturaleza.
El ganador del concurso que organiza el Museo de Historia Natural de Londres, el equivalente al Óscar en fotografía de naturaleza y conservación, también tiene estudios de Biología, pero desde que cursaba la carrera descubrió su vocación.
“Me enfoco principalmente en la conservación con el objetivo de crear conciencia, no sólo mostrar lo bonito sino también la parte de la problemática que enfrenta”, señala.
Es así como Fernando se ha involucrado en un proyecto en Playa del Carmen, Quintana Roo, para documentar la problemática entre los jaguares y el ser humano, sobre todo con la construcción del Tren Maya.
El yucateco asegura que continuará su labor de conservación porque, aunque el concurso representa un gran logro, su objetivo siempre es demostrar la situación de la naturaleza en México.