La empresa otorgó a sus empleados las facilidades para terminar este programa
A doña Leti le brillan los ojos y difícilmente puede contener la emoción de recibir su certificado de educación secundaria. Ella y otros 19 trabajadores de la empresa de exportacción Ganso Azul recibieron sus diplomas la mañana de este miércoles durante una emotiva ceremonia que se llevó a cabo en las instalaciones de la empresa.
“Es algo que he deseado desde hace mucho. Por motivos de dinero no pude terminar la escuela; éramos muchos en la casa, pero el hecho de recibir mi certificado de secundaria me deja un sentimiento que no puede explicarse con palabras”, sentenció.
Doña Leti, como la conocen sus colegas, se dijo sumamente feliz, sobre todo por el hecho de que ahora podrá apoyar a sus sobrinos en las tareas que les dejan en la escuela, cosa que antes no podía hacer, para ella, “es algo que no tiene precio”.
Para poder culminar sus estudios de secundaria la costurera llevaba los libros a su casa; y tras su jornada laboral se disponía a estudiar a fin de estar preparada para sus próximos exámenes. Así estuvo durante varios meses.
“No fue difícil, porque me gusta el estudio, incluso me felicitaron porque no necesité calculadora ni nada; hasta me dijeron que debo de estudiar mi prepa”, dijo sonriente.
En Ganso Azul, celebró, se otorgó a ella y a sus 19 compañeros todas las facilidades para concluir con esta etapa de su vida académica: “Siempre nos han dado facilidades, en los descansos y el almuerzo”.
La mujer lleva 17 años trabajando como costurera en Ganso Azul; y asegura que “si hay chance” continuará con sus estudios de prepa. Se dijo dispuesta “a echarle todas las ganas”; y a las personas que están en su situación envía un mensaje:
“Que le echen ganas, la edad no importa; sino lo que sientas y quieras. Eso es lo que necesitamos todos para que el mundo sea un lugar mucho mejor”.
Por su parte, para Claudia Martínez Lusarreta, directora general de Ganso Azul, se trata de uno de los proyectos más bellos que hay en la empresa, pues consiste en asegurar el conocimiento a personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar durante su infancia.
“Es una deuda social el poder apoyar a hombres y mujeres que por alguna razón tuvieron que truncar sus estudios. El entregarles su certificado de primaria o secundaria es un motivo de mucha emoción”, señaló.
La empresaria sentenció que únicamente quienes se han dado a la tarea de estudiar y trabajar al mismo tiempo saben la carga que esto implica.
“Tenemos 23 años como empresa y desde los inicios hemos hecho todo para apoyar el crecimiento de las personas. No solamente el crecimiento de la empresa; sino se trata de una deuda personal”.
El programa que permite que las y los trabajadores de Ganso Azul se gradúen data de hace 15 años; y gracias al mismo más de 100 personas han tenido la oportunidad de expandir sus horizontes académicos.