El Gallo Azul reconoce que la piratería va en descenso en Yucatán
Es común encontrar quesos de bola a la venta en puestos de la ciudad o en publicaciones en Facebook, sin embargo, varios de estos pueden ser apócrifos o piratas. Pese a la falsificación del producto, El Gallo Azul celebra que, gracias a la lealtad a la marca, la piratería vaya en descenso.
Entrevistado al respecto en Mérida, el embajador de El Gallo Azul, Fernando Rojas Sánchez, comentó a La Jornada Maya que la compañía ha trabajado el tema de la piratería en tres vías:
La primera, explicó, es solicitando el apoyo de las autoridades correspondientes para que regulen -o en su caso, clausuren- aquellos negocios que vendan queso pirata.
Otra de las acciones que han tomado es emprender una campaña para recordarle a la gente las características del queso de bola original de El Gallo Azul y, con esto, que aprenda a diferenciarlo.
Además, expuso, se ha incrementado la distribución del queso de bola de la marca, el cual es importado de Edam, Holanda. Esto, recordó, a pesar de que fue difícil surtirlo durante tiempos de pandemia.
Para Rojas Sánchez, el consumidor yucateco ha sido de gran apoyo. Esto, apuntó, a razón de su lealtad hacia la marca, lo que ha contribuido a mantener el tema de la piratería a raya e incluso en descenso.
Uno de los primeros factores para identificar un queso de bola original es que el papel celofán que lo envuelve no se despinta. Asimismo, el logo de la envoltura presenta un azul oscuro y definido en la figura del gallo.
El sello de El Gallo Azul en la cera también sirve para identificar el producto legítimo, así como su textura firme y sabor ligeramente salado, no tan grasoso. Su peso no debe rebasar el kilo con 600 gramos.
Otra característica de un queso El Gallo Azul original, destacó el embajador de la marca, es que presenta agujeros en su interior. Finalmente, para cerciorarse de no estar adquiriendo un producto apócrifo, se puede revisar el número de serie.