Con el salón de la fama “Peña Deportiva del Sur” -en la colonia Melitón Salazar- deportistas yucatecos buscan reconocer la trayectoria de personajes mayores de 60 años, muchos de los cuales continúan activos. Sin más apoyo que el de sus amigos, don Luis Vera Salazar reconstruirá este singular homenaje antes de que termine el 2021.
Hace nueve años, Luis Vera y otros deportistas tuvieron la idea de hacer un reconocimiento a personas que por mucho tiempo han participado en cuestiones deportivas; y según consideran, no han sido tomadas en cuenta. De ahí surgió “Peña Deportiva del Sur”, un local que hoy ha sufrido los embates del tiempo.
“La idea es tomarlos en cuenta, aunque no hayan sido estrellas; sino por tanto que le han dado al deporte en Yucatán. Varios son maestros de educación física, por ejemplo; y además han destacado en otros deportes”, detalló don Luis entre añejas fotografías, trofeos, jerseys y afiches relativos, en su mayoría, al softbol.
Así como figuran peloteros de grandes ligas como Armando Reynoso, de los Diamondbacks de Arizona, también se incluye a Armando Ávila, que nunca salió de la colonia Jesús Carranza, pero cuenta los 80 años de edad y sigue participando en los campeonatos destinados a deportistas que pasan los 60 años.
En “Peña Deportiva del Sur” se han rendido homenajes especiales a personajes como el cronista deportivo Luis Cardeña -también de la Carranza-; al pitcher de San Sebastián, Leo González; y ahora en esta nueva etapa del proyecto, planean reconocer la trayectoria en el básquetbol de José de Jesús Williams, actual rector de la UADY.
Don Luis ubica la era de oro del softbol yucateco en los tiempos de Eduardo La Bala Méndez, cuyas hazañas llamaron tanto la atención “que hasta llegaron a la ciudad equipos americanos a jugar contra él”. Mérida, precisa, es una ciudad con larga tradición en esta disciplina deportiva, de la que sus parques dan fe.
¿Quién es don Luis Vera?
Pese a ser apasionado mánager y jugador, para don Luis la tradición del softbol en Yucatán no se compara con la del beisbol. En la entidad, recuerda, sus contemporáneos practicaban este deporte en las esquinas de sus casas con pelotas fabricadas a base de bolas de hilos e improvisando bates con las maderas que pudieran encontrar.
Vera Salazar, quien es ingeniero agrónomo de profesión y poeta en sus tiempos libres, también cuenta con una vasta carrera en el deporte yucateco, que comenzó practicando pista y campo con un profesor al que llamaban “Frijolito” en la escuela República de México, en donde estudió parte de su secundaria.
“Después pasé a ‘la Cisneros’, en el centro de la ciudad, en donde el maestro Agustín Pérez Huerta me hacía correr, boxear y muchos otros deportes. A veces no ganaba nada, pero participaba que es lo importante”, recordó en el recinto al que ya habían llegado algunas de sus amistades al advertir su presencia.
En algún momento incluso, su disciplina deportiva le llevó a coronarse campeón de los Guantes de Oro en los juegos universitarios, hace cerca de 40 años. Actualmente es mánager del equipo bicampeón de la Jesús Carranza, Las Serpientes.
La pandemia y sus estragos
Al veterano softbolista se le nubla la mirada cuando se le cuestiona por la pandemia y sus estragos en los ámbitos en los que se desenvuelve. Además de haberse contagiado con el Covid-19 -un episodio que recuerda con evidente amargura- este virus “se llevó” a varios de los colegas con quienes solía compartir los campos meridanos.
“Con nosotros (Las Serpientes) falleció nuestra primera base, Luis Pereira, un magnífico zurdo. También murió Luis Fierros, Jaime Avilés, Raúl Rojas. Son de los que me acuerdo de momento”, cavila mientras los presentes tratan de enlistar también las pérdidas.
Fueron casi dos los años que los softbolistas estuvieron alejados de los parques, tiempo que fue difícil para ellos, ya que este deporte no solo representa una distracción para quienes juegan, sino -sobre todo- para la afición que cada semana se da cita en los múltiples espacios en donde se practica.
“En la Jesús Carranza, cuando estaba de cronista, le puse La Catedral del Softbol. Doña Chary, quien administra el campo, tiene más de 60 equipos femeniles que abarcan todo el estado. Las mujeres están igual o más interesadas en este deporte que los hombres; y también juegan mejor”, aclaró don Luis, ya entre risotadas.
Defensores del softbol
El interés en el softbol en Mérida, celebró, dista mucho de desaparecer, ya que aún prevalece desde los niños hasta los más veteranos. A manera de ejemplo puso a Ivancito, quien es nieto de otro pelotero, “La Picuda”, que cuenta más de 70 años y continúa anotando carreras en los campos de la capital yucateca.
“El softbol es como las fiestas de los pueblos. Se defiende, se lucha por continuar. El ayuntamiento en alguna ocasión nos llamó la atención, pero luego se dieron cuenta de que cumplimos con las reglas. Les pedimos que nos dejen, porque de otro modo nos vamos a volver locos en nuestras casas”, advirtió.
A quienes se interesen en incursionar en este deporte, don Luis Vera aconseja simplemente ir a los campos, en donde es casi un hecho que encontrarán a personas ávidas de enseñarles su pasión, independientemente del deporte. “En vez que te digan que te vayas, te invitarán a jugar”, adelantó.
Sin duda el orgullo del veterano deportista son sus Serpientes, que inéditamente se coronaron en dos ocasiones consecutivas. Ya se preparan para ir por la tercera; pero antes, debe cumplir la misión de terminar su “Peña Deportiva del Sur” en reconocimiento a quienes han destacado; y se les ha quedado a deber.