Exploraciones en el Sacbé 4 revelaron piezas poco comunes en el sitio arqueológico
Sepultada debajo de los restos de un muro que sirvió para delimitar uno de los caminos de la zona arqueológica de Chichén Itzá fue hallada una piedra labrada con la figura de un escorpión, una pieza poco común en todo el sitio.
Darwin De Jesús Velásquez González, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), expuso las conclusiones de la restauración del Sacbé 4, un camino que conecta el área del Osario con Casa Colorada, entre las que destacó el hallazgo de esta pieza.
Se trata de una especie de ladrillo que formaba parte de la segunda fila del muro interior del sacbé, que significa “camino blanco” y que es un elemento arquitectónico usado por los mayas para comunicar y delimitar estructuras importantes.
El arqueólogo explicó que existen muy pocas representaciones de este animal en Chichén Itzá, por lo que este hallazgo es extraordinario.
“Se logra observar su cuerpo estrecho y aplanado, sus cuatro patas, sus dos tenazas y una cola articulada con aguijón”, detalló durante la ponencia Investigaciones en el sacbé 4 en Chichén Itzá realizada en el marco del Séptimo Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo realizado en el Centro INAH Yucatán.
Este elemento, detalló el especialista, está relacionado con el dios del fuego, los augurios funestos, periodos de sequía o lluvia tormentosa que perjudica a los cultivos y con el dios Ek Chuah, cuyo nombre significa “escorpión negro” y es considerado la deidad del comercio, de la guerra o del cacao.
La pieza original se encuentra bajo resguardo para su conservación y en el sitio fue colocada una réplica para que los turistas puedan apreciarla.
Las exploraciones en el Sacbé 4 de Chichén Itzá forman parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), que surge paralelo a la construcción del Tren Maya. Con las labores ya concluidas en esta área, es posible apreciar el camino lo más similar posible a la forma que tenía durante el auge de la ciudad maya.
Durante la reconstrucción de este camino se recuperaron diversas piedras labradas y se constató la reutilización de otros elementos, como manos de metate, que fueron reutilizadas luego de cumplir su función.
También se hallaron dos ofrendas compuestas por vasijas que tienen la firma de la persona alfarera que las fabricó.