La SSJ recalca que se realizaron 156 procedimientos el año pasado, a diferencia de los 114 de 2019.
Jalisco destacó significativamente en el ámbito de trasplantes de órganos y tejidos, al superar en 2023 el récord de donaciones provenientes de cadáveres.
Hasta hace apenas dos semanas, la marca anterior, registrada en 2019 con 114 donaciones provenientes de cadáveres, fue superada con notable éxito el año pasado.
Según los datos recopilados por la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), se llevaron a cabo un total de 156 procedimientos, de los cuales 48 se destacaron como donaciones multiorgánicas.
La SSJ informa que los órganos y tejidos provinieron de pacientes que experimentaron muerte cerebral o paro cardiorrespiratorio.
Los fallecidos por parada cardiorrespiratoria heredan, en su mayoría, sólo tejidos; sin embargo, esta causa de muerte aportó el 50 por ciento de las donaciones cadavéricas.
La otra mitad, proveniente de los decesos encefálicos, transfirió órganos, un hecho que destacó Francisco Javier Monteón Ramos, director del Centro de Trasplantes de Órganos y Tejidos del Estado de Jalisco (Cetrajal).
Trasplantes exitosos y diversos
En particular, sobre las partes del cuerpo trasplantadas, Monteón Ramos informó que el riñón encabezó la lista, con 105 unidades.
El hígado siguió en las estadísticas, con 42 cirugías.
En ese rubro, sólo 12 casos fueron por donantes vivos.
Entre los donantes por muerte cerebral surgió un corazón.
Además, las córneas transferidas hicieron historia en 2023 con 309 trasplantes, siendo su marca en 10 años.
“La córnea es uno de los tejidos más requeridos, éste ocupa el segundo lugar de demanda, después del riñón, en la lista de pacientes en lista de espera de un órgano o tejido”, señaló el director del Cetrajal.
Los trasplantes de órganos de cadáveres aumentó pese a la falta de legislación en la materia.
Fue hasta el 16 de noviembre del año pasado cuando el Congreso del Estado desatoró la iniciativa propuesta desde 2020.
En ella se establece la posibilidad de donar órganos sin necesidad de manifestarlo por escrito; sin embargo, tendrá que estar de por medio el consentimiento de un familiar en línea directa.
El único impedimento sería que el fallecido hubiera expresado su negativa.