La Sader usa los escarabajos para mantener el equilibrio en ecosistemas agrícolas
Desde el laboratorio de Ecología Aplicada al Control Biológico de Plagas del Campo Experimental Mocochá, Yucatán, investigadores crían catarinas para ayudar a mantener el equilibrio en los ecosistemas agrícolas.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), realiza el cultivo de especies Cheilomenes sexmaculata y Exochomus insatiabilis para ser usadas como agentes para controlar insectos plaga y vectores de enfermedades en los cultivos de cítricos.
Estos escarabajos son agentes de biocontrol porque tienen la capacidad de cazar y comer larvas y estadios inmaduros de diversos insectos, como pulgones, cochinillas, trips y ácaros con lo que reducen el uso de insecticidas, lo que se traduce en menor contaminación ambiental y mejoras en la salud de los agricultores y consumidores.
Las catarinas, también llamadas mariquitas, vaquitas de San Antonio o chinitas, son escarabajos que en todo el mundo son usados para un manejo sustentable de plagas.
Además, hay más de seis mil especies en todo el mundo y constantemente se descubren nuevas.
Por ejemplo, la Cryptolaemus montrouzieri, se usa para controlar a la cochinilla rosada del hibisco; la Rodolia cardinalis para atender la problemática de la cochinilla acanalada de los cítricos; la Adalia bipunctata sirve para los pulgones, mientras que la Rhyzobius lophanthae ataca al picudo rojo, una plaga palmera en Chile y España.
La cría de catarinas en laboratorio es fundamental para aprovechar su potencial a través del estudio y la evaluación de estos escarabajos.
Los especialistas analizan su ciclo de vida, su comportamiento de alimentación, sus interacciones con otras especies y la evaluación de su eficacia como agentes de control biológico.