Estados Unidos emite una alerta mundial que afecta a 895 Boeing 787, modelo utilizado por Air Europa, cuya flota de largo radio se compone de 26 unidades de este avión.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ha ordenado la inspección urgente de estos aparatos para analizar el funcionamiento de los asientos de los pilotos. Toma esta decisión a raíz del incidente que se produjo el pasado mes de marzo con una aeronave de Latam Airlines.
El organismo da un plazo de 30 días a las compañías aéreas para inspeccionar el correcto funcionamiento de los asientos del piloto y del copiloto para detectar la falta, o rotura, de tapas de interruptores.
El 11 de marzo del presente año, un 787 de Latam experimentó una repentina caída de más de 100 metros cuando cubría la ruta entre Sídney y Santiago de Chile. El accidente dejó heridos a 50 pasajeros.
Al parecer, detrás del suceso estuvo la activación accidental por parte de un miembro de la tripulación de una función motorizada, empujando el asiento del piloto y provocando que este desconectara el autopiloto. Esto provocó el desplome del avión durante unos segundos.
La FAA ha comprobado que el incidente se debió a que el interruptor para activar la mencionada función carecía de una tapa. Es por ello que ha requerido que 895 aviones de este modelo sean revisados de manera urgente. De todos ellos, 158 operan para aerolíneas estadounidenses, mientras que los 737 restantes están registrados en otros países.
En marzo la hipótesis que los expertos consideraban más verosímil era un fallo en el mecanismo electrónico del asiento del piloto. Los datos, filtrados en Chile, sugerían que de forma no intencionada el piloto pudo haber tocado algún elemento del asiento de forma que este se desplazó súbitamente haciendo que el piloto, que controlaba el aparato, hiciera un movimiento muy brusco del instrumental. Según esta versión, el piloto tardó un rato en recuperar el control completo de la situación.
Sin embargo, había quienes consideraban que esta versión era inverosímil porque los mandos del asiento no están en un lugar fácilmente accesible y menos de forma accidental.